Quería escribir otra vez, sentí un nudo tremendo al golpear mi cabeza contra la pared buscando que se derramara de ella palabras, ideas para comunicar a mi yo interior con el mundo exterior...pero tal fue mi sorpresa al descubrir que los único derramado fue frustración y algún que otro fluido vital...Sin embargo, no es eso de lo que venimos a hablar, sino de la sorpresa de que casi sin darnos cuenta, empezamos a crecer y ver cómo la vida nos rodea de todas aquellas características, experiencias y situaciones que nos hacen ir encasillando nuestra etapa de la vida como una particular. Suena un poco general y confuso, pero irá tomando sentido.
Hace un tiempo conté, en uno de mis escritos, que había tomado una decisión importante que cambió mi vida y la manera de observar e interpretar los hechos que en ella iban sucediendo. De hecho, cambió mi manera de actuar, de decidir, de proyectarme...normal, ¿no? Iba siendo hora de crecer ya...
(Conoce o Revive la historia aquí)
A pesar de estar ya en el "lío", no te percatas de él hasta que todo a tu alrededor empieza a tomar forma y te empieza de hecho a superar. Tomas tus decisiones, te ganas tus cosas, estás de frente al muro de la vida; pero no es hasta que aquellos y aquellas con quienes reías sin parar, sin pensar, sin respirar casi...aquellos seres con los que juraste nunca dejarte de comunicar, siempre estar cerca y apoyar hasta la muerte, emprenden sus propios caminos y se van estableciendo dentro de las funciones que el ecosistema natural y social espera de ellos o ellas para mantener todo en "caótico" equilibrio.
Hasta hace unos cuantos meses era yo el arriesgado que "rompía las supuestas normas" y me le iba de cara la vida. Hoy me encuentro abrumado, asombrado y sinceramente feliz por noticias nupciales, noticias de nacimientos y concepciones, noticias de corazones que se unen y cuerpos que sienten el azote ardiente y cálido de la sociedad salarial y todas las dolorosas responsabilidades que esta trae consigo para un hogar. De todas maneras, y con tanto daño de por medio, siempre estarán los cálidos brazos de un esposo o una esposa, el ruidoso abrazo de un nene corriendo a tus brazos al llegar del trabajo, y de un tibio espacio de 15 metros cuadrados donde abunde el amor (en cualquier de sus manifestaciones).Siempre he escuchado que "es más fácil ver el sucio en un ojo ajeno", y hoy quiero apelar a este refrán, pero no desde la perspectiva tradicional que busca descalificar a aquel que critica. Por el contrario, quiero tomarlo como una seña característica de emplazarte en un nuevo escalón de la escalinata vital. Tan simple como asumir y aceptar que has crecido, cuando ves que tu generación, con los que compartiste momentos sin iguales, logran conformar sus propios "castillitos de roca" junto a sus compañeros de vida de libre elección (aunque a veces libre entre comillas, pero eso es otro tema).
Y se preguntarán, ¿y dónde está la conexión con el "ojalá" del título? Al menos yo, odio que el título diga algo que nunca está ni aparece una sola vez en el contenido. Pero no es otra cosa que decir...ya no es un secreto que hablo del hecho de conformar familia, de buscar una estabilidad, un apoyo, un hogar, y el efecto que está teniendo en mí ahora que hago conciencia, a través de la experiencia de los míos, de todo lo que eso implica.
Y aunque se vea, a través de mi personaje de escritor frustrado, una visión un poco turbia, desvalida y desesperanzada de la vida. Tras la pantalla de este dispositivo en el que escribo se encuentra una persona relativamente optimista de cara al futuro. Que escucha, que analiza, que disfruta el flotar de cada palabra en el viento, por más necia que sea. Excava en el significado de las expresiones dichas a la ligera, y repite en su cabeza sucesivas veces las palabras mal dichas y las vergüenzas vividas.
Dicho lo cual, podemos llegar a pensar en medio del proceso de crecer, cosas como la expresión del titulo. Rogar al cielo, por un instante al menos, regresar a esos momentos donde nada nos preocupaba, donde nuestras vidas no estaban entrelazadas con otras, ni llevábamos en nuestra propia espalda la responsabilidad de que los planes lleguen a feliz término. Pero mi comentario final será: Hasta que la muerte ¡ojalá! NO nos separe. ¡Ojalá y se arriesgue más! ¡Ojalá y se siga luchando codo a codo! ¡Ojalá abunde la comprensión, la paciencia, la camaradería! ¡Ojalá se sigan encontrando los espacios para provocar chispas el uno con el otro! ¡Ojalá crezca el número de familias, sin importar el tipo ni la forma que estas tomen! Nuestra sociedad actual necesita más integración, más redes de apoyo y más solidaridad.
RECOMENDACIONES
🔊HASTA QUE LA MUERTE LOS SEPARE - RICARDO ARJONA
🔊BESOS A LA LONA - MELENDI
🔊EL CIELO NUNCA CAMBIARÁ - MELENDI
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